El conocimiento de una alimentación saludable, sus beneficios en la salud y la lectura del etiquetado de alimentos dirigida a los padres es una herramienta imprescindible para que puedan ayudar a sus hijos a consolidar unos hábitos de vida saludables; ya que los niños necesitan de su familia para poder llevarlos a cabo. Es nuestra responsabilidad como padres aprender a leer el etiquetado de los alimentos para cuidar nuestra salud y la de nuestra familia; así como adquirir sentido crítico ante las estrategias publicitarias y poder evaluar la relación calidad precio para poder realizar una cesta de la compra saludable.

Se ofrece a las familias los conocimientos básicos para llevar a cabo una alimentación saludable y las herramientas necesarias para identificar, mediante la lectura de etiquetas de alimentos, las grasas saturadas el azúcar oculto y la sal oculta en los alimentos. Estos elementos son muy perjudiciales consumidos por encima de los niveles que la OMS recomienda; y lamentablemente se encuentran muy presentes y en proporciones elevadas en nuestra alimentación actual en un porcentaje elevado de familias. Nuestros talleres permiten adquirir competencias para identificar los ingredientes de los alimentos y poder hacer una cesta de la compra saludable, que permita llevar una alimentación equilibrada y unos hábitos de vida saludables a toda la familia. De este modo, si la familia práctica hábitos saludables es mucho más fácil que los hijos hagan lo mismo, y sus efectos se prolongarán a lo largo de toda su vida.

Está demostrado que los niños presentan una mayor predisposición a consumir alimentos saludables y a llevar una vida activa si tienen el ejemplo de sus padres. Es decir, si la familia practica una alimentación y hábitos saludables es mucho más fácil convencer a los hijos de que hagan lo mismo, y sus efectos se prolongarán a lo largo de toda la vida. La infancia es una etapa decisiva para inculcar hábitos de vida saludable ya que los hábitos alimentarios empiezan a formarse desde el nacimiento y se desarrollan en la infancia, modificándose muy poco en las etapas posteriores. De este modo, nuestros niños sanos de hoy serán nuestros adultos sanos en el futuro.